viernes, 15 de julio de 2016

CIERRA LA PUERTA

Cierra la puerta tras de mí, en cuanto salga, que yo no miraré atrás.
Échale siete cerrojos, que yo me ocuparé de olvidar el camino de vuelta.

Que no te confundan nuestras noches. Ni nuestros días.

Que nada hiera tus alas que solo quieren volar libres, que las mías están rotas.

No te preocupes por aquello que sientas, ni por lo que nunca volverás a sentir, ni por lo que sentiste algún día. No te afanes en agarrar fantasmas que se escapan entre las rendijas que deje mi ausencia. No te arrepientas de los borrones que queden en mi historia, acabada pero siempre inconclusa. No busques en mí lo que jamás pudiste encontrar, hace tiempo que no está.

Yo intentaré olvidar, volver a ser el que patea las farolas noche sí noche también, volver a refugiarme en las sombras, de las que extrañamente salgo. Arrastrarme hasta mi agujero secreto, donde nunca me falta el aire. Ni el agua. Ni la tierra. Ni el fuego en las entrañas.

Volveré a cojear por las calles que tantos traspiés me han visto dar. Y me tiraré, de nuevo, de cabeza por las cunetas, henchido de sueños que jamás han de cumplirse, porque jamás fueron reales. Volveré a cruzar puertas que jamás pensé volver a cruzar.

Y un día terminaré. Como empecé. Como siempre fui.

Tú solo cierra la puerta, que yo me ocuparé de olvidar el camino de vuelta.

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